home

search

Capitulo 2: ¿Inocentes?

  Theo estaba en el ba?o de la caba?a, recapitulando lo que habia vivido en un día y el olor a huevo en su cabello.

  "No te metas en problemas." La voz de su padre resonó en su mente, un recordatorio más fuerte de lo que quería admitir. Cepillo sus dientes con un frenesí, apagando la irritación hasta que vio el reflejo de Corni en el espejo.

  —?No le dirás a la superiora? —preguntó ella. Su cuerpo apoyado en el marco de la puerta.

  —?Y qué quieres que le diga? —sarcástico masticó el cepillo—. Un tipo enmascarado atacó al hijo del abogado más poderoso. ?Gran idea, Cornelia!

  Corni frunció el ce?o y retrocedió justo cuando unas pisadas apresuradas interrumpieron la tensión. Arthur irrumpió con el rostro descompuesto.

  —?LARGO! — empujó a Theo fuera del ba?o— ?TODO ESTABA MALOGRADO!

  Corni ni siquiera habló. Alzó sus hombros resignada y siguió su camino, dando paso a Andrew con la misma expresión de dolor y manos en el estómago.

  Hizo un rápido movimiento, empujó al pelirrojo fuera del ba?o.

  — ?OIGAN!

  Empezó a golpear la puerta sin éxito. Escuchó unos cuantos quejidos y quejas de Andrew.

  — apúrate! No debimos comer el frejol.

  Dio un suspiro resignado y se dirigió a su habitación. Sin embargo, al dar un paso por el pasillo, un brillo inusual llamó su atención. A través del cristal de la puerta exterior, la luz de una fogata parpadea.

  Solo dio un par de pasos, cuando se encontró con Kayle contemplando el paisaje de la laguna. Ninguno habló, el silencio solo fue interrumpido por el crujido de la madera de Theo al dar un paso y el ronquido de Nicolás al despertarse.

  — Oh, ?tú también tienes una excusa? —cuestionó el consejero.

  A mitad de la tarde, en pleno silencio de la caba?a; mientras se preparaban para regresar a la ciudad, theo grito:

  "Podemos convencer a Nicolás que somos inocentes"

  Después de unos minutos, con el único ba?o en cuarentena y las maletas listas para partir, Nicolas tenía vista hacia diferentes reacciones inocentes y cansadas, quería grabar en su memoria los rostros de sus protegidos.

  — ?FUE CULPA DE ANDREW Y ARTHUR! — reclamó Corni furiosa— ?Yo iba a pasar esta noche con mi novio!

  — Oh, ?Escuchó, Nicolás? — Arthur sonrió.

  Nicolas acaricio su cabello en un largo bostezo.

  — Si... pediré clases de sexualidad urgentemente — bromeó — ya váyanse a dormir.

  — ?Espera! Aún falta alguien — interrumpió Theo y volteo a Kayle.

  Los demás también voltearon a ella. Con presion y respiración profunda, apartó su melena. Se dirigió a Nicolás.

  — Si demuestro mi inocencia, tendrás que disculparte conmigo y que todos digan la verdad — soltó curiosa.

  — ?Por qué? —Arthur la vio con desdén y confundida.

  — Por diversión — Kayle tenía una sonrisa inocente, antes de volver con Nicolás — Revisa la galería de mi celular. Debe haber un video.

  Nicolás hizo caso, aunque no muy convencido revisó el celular. En un largo silencio, mientras la presión aumentaba. Las manos de kayle jugueteaban en sus rodillas, esperando una se?al.

  — Tuviste que hablar — fue lo único que dijo mientras la muchacha se acercaba a su celular — lo siento Kayle, Bruno.

  Las expresiones de sorpresa y decepción se reflejaron en los rostros de los demás.

  — ?Es en serio? —estupefacto, Theo se revolvió en el asiento.

  — No pienso decirte ni mierda — cortó Andrew, tan tajante como siempre.

  — Como sea — interrumpió Nicolás — Perdón, a todos. Pero, no podré ayudarlos. A cambio, ?quieren un cuento de terror? —sonrió, muy alegre a pesar de los rostros llenos de enojo de los adolescentes.

  — lárgate — ordenó Andrew.

  *** Fue así como terminó el retiro espiritual y el primer paso en esta venganza. Mis siete peones, a la espera de dar su primer paso a la nueva vida, de regreso a su estupido colegio.***

  The story has been taken without consent; if you see it on Amazon, report the incident.

  ***El colegio privado "Perla Santa High", conocido por albergar a los hijos de la élite y tener el mejor sistema de becas. Además, de ocultar todo el acoso posible de adinerados y becados.***

  Era la ma?ana del lunes, los primeros estudiantes que pisaron la escuela fueron detenidos por algo que ni siquiera los docentes o seguridad lograron responder.

  Pegado en la torre principal, una gran pancarta de la hermana superiora con un garabato de demonio, yacía bajo título "Te convertiste en tu peor enemigo". Todos se sorprendieron de la imagen que en segundos alcanzó a los foros de la página escolar. Sin embargo, solo un mensaje erizo las pieles de siete escolares.

  °"En una simple existencia, haré que vivan una verdadera historia de terror, mis peones.

  — Atte. El fantasma."

  ----

  — Lo hizo Nicolas, ?no?

  ----

  En el fin del día, los estudiantes regresaron a casa, pero aquellos siete adolescentes yacían en una oficina del segundo piso, iluminados por un un foco y una delgada ventana vertical, se encontraron frente al consejero. Ocupado limpiando un sofá con trapos.

  — ?No fuiste tú quien lanzó esos huevos en el retiro? — preguntó Theo.

  — ?Sabes lo que hará mi abuela cuando se entere? — Corni amenazó, en un aire de grandeza en palabras llenas de cólera.

  — No me interesa perder mi tiempo con ustedes. Además — soltó Nicolás muy alegre a pesar de estar delante del grupo de estudiantes y luego, se?alar a un sofá con pintura entre dos armarios — algún gracioso ensucio a clara.

  Ni siquiera alcanzaron a demostrar asco por sus palabras, cuando el zumbido de sus celulares los obligó a bajar la cabeza.

  °"Si quieres, puedes ser el siguiente muerto".

  De pronto, un par de golpes en la ventana llamaron su atención.Los ojos caramelo de Theo se ti?eron de miedo, sus pupilas se dilataron y apretó sus manos. La oficina en silencio, con suaves golpes entre la ventana y la espalda de un adolescente uniformado.

  Estaba colgado.

  Corni fue la primera en caer, con sus manos en la boca. Los ojos de Theo permanecieron pegados a aquel cuerpo girando en su eje, un maniquí apareció ante ellos. Y una sensación de alivio salió en suspiros.

  Nicolas fue el primero que respiró, se acercó con una mano en el pecho a la ventana. Con una sensación reprimida, quiso abrazar a cada uno. Pero en cambio, abrió la ventana y jalo al maniquí.

  — Chicos …

  Susurro endeble y preocupado, lanzó al maniquí sobre su sofá.

  — Pase lo que pase, no vieron nada. ?Entienden?

  No era una pregunta, era una orden directa hecha por los ojos avellanos que buscaban la consciencia de los siete.

  Los días transcurrieron, y los siete adolescentes retomaron sus rutinas con facilidad. Theo, como capitán de básquet y en cualquier miércoles después de entrenamiento, inició sus días en las regaderas.

  secó su cabello pelirrojo con frustración, leyó cada nuevo mensaje insistente del auto proclamado "Fantasma." Era la primera vez que alguien fuera de su padre lo atacaba, y lo odiaba.

  —?Lo dices en serio? — alguien hablo desde fuera de las duchas— Solo es el títere del abogado, no un genio.

  — él se aprovecha de eso. ?Cuántas veces te lo debo decir?

  Encerrado, Theo suspiró cansado. Por otro lado, cerca de los ba?os de chicas, Andrew y Arthur revisaron su celular. Era un dibujo de una palanca.

  — Desde lo que pasó con la superiora, todos deben estar estresados —Andrew sonrió— solo calmamos las cosas

  —Somos amables —remató Arthur, chocando los cinco con su hermano.

  Un grupo de chicas pasó cerca y ellos desviaron la mirada. Sin embargo, desde la terraza del edificio administrativo, alguien con sudadera negra presionó un botón.

  Una polea se activó y, en segundos, una enorme bolsa de agua cayó desde lo alto. El impacto fue certero, empapando a los gemelos de pies a cabeza. Terminaron en el suelo.

  El golpe resonó por los pasillos antes que carcajadas estallaron a su alrededor. Los estudiantes empezaron a grabar y las burlas volaron para ellos.

  — ja ja ja que bueno que se ba?aron, apestaban

  —?Qué pasa? ?Mami ya no les da atención? —gritó un chico del equipo de fútbol, riendo junto a su grupo.

  —?Llamen a su papi para que les compre dignidad nueva! —a?adió otro entre risas.

  ? ?Que mierda? Esto no debió pasar. ?Como? ?Quién?? Andrew apretó los pu?os con rabia, mientras carcajadas y flashes de cámaras los encerraron en el suelo.

  Date a ti mismo todas las posibilidades de triunfar. Y , si fracasas, ?fracasa luchando! — Og Mandino.— Que lamentable verlos caer tan bajo, me dieron pena pero mucha risa, peones mediocres.

  Atte. El fantasma.

  De pronto, del techo, se desplegó una pancarta. Todos voltearon a ver, hasta el par de hermano, se limpiaron el rostro para leer:

  ? Que molestia ver la cara de Arthur Chang, un fanfarrón e incrédulo ni?o privilegiado que su único talento es su madre. Que desperdicio de genética, maldito asmatico.?

  Fue un doble golpe para los gemelos, esta vez Andrew viendo el título no se limitó a gru?ir.

  — ?NO MOLESTEN! ?YA VáYANSE!

  — ?Qué tiene de malo? Ustedes hacen lo mismo — dijo un chico.

  Quería lanzarse a golpear, pero se detuvo frente al charco y pisadas mojadas. Arthur desapareció.

  Escondido en el tercer piso de las escaleras. Recostó su cuerpo mojado, se esforzó en respirar, viendo cada una de las notificaciones del celular.

  — ?te molesta el agua? Wow …

  Era una voz femenina que lo asustó. Levantó su mirada, hacia Kayle, su compa?era de salón. Sentada en una de las gradas de la escalera, con su típica sonrisa juguetona.

  — lárgate —ordenó en un tono hostil que asombró a la chica— tu también eres una bravucona.

  — Bien, bien —pauso ella al acomodar su cola de caballo y levantarse— ten paciencia.

  Arthur no dijo nada; la chica pasó por su lado tarareando. Concretado en su malhumor, no se dio cuenta lo que pasaba a unos metros de él.

  Un encapuchado de negro desató lentamente los nudos de la pancarta. Se escuchó un golpe. Arthur se sobresaltó y los gritos de dolor estallaron en el colegio. Sus zapatos mojados chapotearon, atrayendo la mirada de alguien con una máscara amarilla, un gui?o dibujado y tres rayas sonrojadas. Se miraron. El desconocido corrió.

  ? Esa persona, ?Es el Fantasma? ? fue lo único que pudo pensar. Corrió un par de pasos, antes de ser atacado por su asma.

  Sus manos cayeron a las rodillas, buscando su inhalador mientras veía desaparecer a esa persona.

Recommended Popular Novels